la trapeadora

Para ser sincera, a mí las caídas me persiguen, pero ésta se lleva el premio. Estábamos en el recreo y había una mesa libre, por hacerme la chistosa me fui corriendo para apartarla, pero me dejé caer con todo mi peso y la silla se empezó a ir para atrás. Por la desesperación me agarré de la mesa, que tenía una sombrilla, pero como era de plástico no me aguantó y ¡se me cayó encima con todo y sombrilla! Medio mundo me vio que estaba tirada en el piso con silla incluida, hasta los profesores se doblaban de la risa. Cuando por fin me levanté fui a quitarle la silla a otra amiga para que también se cayera, ¡lo malo es que se me cayó encima y los de los salones de arriba se dieron cuenta! ¡Dos osos en un día!
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